Información para pacientes de Neurocirugía, Cirugía de Columna y Tratamiento del Dolor.

Bloqueos para el Tratamiento del Dolor

¿Qué es un bloqueo?

Un bloqueo es un procedimiento para inyectar medicación (en general un anestésico local y un corticoide de depósito) en una articulación o en la cercanía de un nervio. En otras palabras, se aplica la medicación en los sitios en que se considera que se está generando y/o transmitiendo el dolor. Por lo tanto, existen muchos tipos de bloqueos diferentes, que se adaptan al dolor de cada paciente.

¿Quiénes tienen indicado realizarse un bloqueo?

Tanto los pacientes con dolor agudo como crónico son posibles candidatos a realizarse un bloqueo. El bloqueo así como el tipo de bloqueo serán indicados por su médico del dolor, que en muchas oportunidades es quien también realiza el procedimiento. Muchos de los dolores son generados a nivel de la columna vertebral por lo que gran cantidad de bloqueos son realizados en alguna región de la columna o en sus cercanías. Por ejemplo, pacientes con dolor de espalda (lumbalgia, dorsalgia), dolor cervical, dolor en la articulación sacroilíaca, algunas cefaleas, entre muchos otros, son posibles candidatos a realizarse un bloqueo para alivio de su dolor. El bloqueo puede tener fines terapéuticos, diagnósticos o ambos objetivos a la vez.

El paciente con dolor no debe resignarse a vivir con su dolencia, sino que debe comprender que hoy en día existen múltiples herramientas para intentar disminuir su sufrimiento. Todos los pacientes son diferentes, por lo que la falta de efectividad en un tratamiento, no debe desalentar al paciente en la búsqueda de su alivio.

¿Cómo se realiza un bloqueo?

El bloqueo puede realizarse de tres formas diferentes, con resultados semejantes: bajo tomografía, bajo radioscopia o con ecografía. La elección de la técnica dependerá de la preferencia de cada neurocirujano o médico del dolor. En mi caso particular, dependiendo del tipo de bloqueo a realizar, los realizo con cualquiera de las tres formas descriptas, siempre con técnica estéril. El paciente se encuentra despierto durante el procedimiento, en la mayoría de los casos acostado boca abajo. Los bloqueos se realizan comúnmente con anestesia local y quien realiza el procedimiento se guía con imágenes (tomografía, radioscopia o ecografía) para llevar la aguja al objetivo deseado. Se trata de un procedimiento ambulatorio, por lo que al paciente se le otorga el alta luego del bloqueo.   

¿Todos los pacientes mejoran luego del bloqueo?

No todos los pacientes mejoran luego del bloqueo. Un grupo de pacientes lograrán una mejoría completa o casi completa, otro grupo obtendrá una gran mejoría, pero aún requiriendo el uso de algunos analgésicos y otro grupo no se beneficiará con el procedimiento. Ya que en general se administra un anestésico local y un corticoide de depósito, puede ocurrir que el paciente tenga un alivio inmediato del dolor y que luego éste regrese durante las primeras horas o días, para finalmente recuperar el alivio días o semanas después. Esto se debe a que el anestésico local produce un efecto inmediato, mientras que el corticoide de depósito debe actuar como antiinflamatorio, efecto que puede llevar hasta 40 días en llegar a su pico máximo de acción.

Hoy en día, el tratamiento del dolor es multimodal, es decir, tiene diferentes pilares como: el tratamiento intervencionista (bloqueos, radiofrecuencia, neuromodulación, etc.), la terapia farmacológica para dolor agudo y crónico, la kinesioterapia  y el ejercicio aeróbico. La mejoría obtenida con el bloqueo le permite al paciente poder realizar con menor dificultad la kinesioterapia  y el ejercicio aeróbico. Sin embrago, debe tenerse en cuenta que hay un subgrupo de pacientes que requerirán igualmente cirugía de columna.

¿Qué complicaciones tiene un bloqueo?

Hoy en día, las complicaciones de los bloqueos son extremadamente raras, ya que se trata de un procedimiento poco invasivo. Asimismo, son escasas las contraindicaciones para llevar  a cabo un bloqueo. 

¿Qué es la Radiofrecuencia? ¿Qué usos tiene la Radiofrecuencia en el tratamiento del dolor?

Existen básicamente dos tipos de Radiofrecuencia: la continua (RFC) y la pulsada (RFP). La RFC quema las fibras nerviosas que transmiten el dolor originado en determinadas articulaciones o nervios, produciendo una mejoría que en general tiene mayor duración que aquella proporcionada por un bloqueo. La RFC se utiliza en diferentes tipos de dolor como: lumbalgia, síndrome facetario lumbar o cervical, cervicalgia, dolor torácico, dolor neuropático, cefaleas, dolores faciales como la Neuralgia del Trigémino, dolor en la articulación sacroilíaca, coccigodinia y otros. Por otro lado, la RFP, que no produce lesión de las fibras nerviosas, sino que ejercería un efecto de neuromodulación, puede ser utilizada en otras estructuras que no permiten la utilización de RFC, como por ejemplo las raíces nerviosas lumbosacras, cuya irritación es responsable de muchos casos de ciatalgia (o dolor ciático).


Damián Bendersky

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Cirugía de Epilepsia

¿En qué consiste la cirugía de epilepsia?

Existen dos tipos de cirugía de epilepsia fundamentalmente: las cirugías que tienen intención curativa y aquellas paliativas. Las cirugías con intención curativa tienen como objetivo la eliminación completa de las crisis convulsivas, aunque esto no siempre se logra. Las cirugías paliativas tienen como finalidad disminuir la frecuencia o intensidad de las convulsiones.

¿Qué tipos de cirugía de epilepsia hay?

Dentro del grupo de aquellas con intención curativa, encontramos las resecciones del foco epileptógeno, es decir del área cerebral que genera las convulsiones y que se debe resecar para curar la epilepsia, así como también la hemisferectomía funcional (o hemisferotomía) que consiste en la desconexión completa de un hemisferio cerebral y se utiliza en determinados casos como la Encefalitis de Rasmussen o el Síndrome de Sturge-Weber. Las cirugías resectivas pueden ser: resecciones a medida (tailored resections) o resecciones standard como la lobectomía temporal anterior y la amigdalohipocampectomía selectiva.

Por otro lado, las cirugías paliativas pueden ser también de diferentes tipos: desconexiones (transecciones subpiales múltiples, callosotomía) o procedimientos d eneuromodulación, que requieren el implante de un dispositivo eléctrico, como la estimulación vagal (Vagal Nerve Stimulation) o la estimulación cerebral profunda (Deep Brain Stimulation). Además, se encuentran en desarrollo nuevos dispositivos de estimulación cerebral epidural que actúan frente al inicio de una crisis convulsiva para frenarla.

¿Qué pacientes tienen indicación de cirugía de epilepsia?

Aproximadamente el 36% de los pacientes epilépticos son refractarios al tratamiento farmacológico, es decir, continúan teniendo crisis convulsivas a pesar de la medicación. Estos pacientes son los posibles candidatos para efectuar una cirugía de epilepsia. El neurocirujano decidirá dependiendo de su caso y su tipo de epilepsia, que cirugía podría estar indicada y si tiene oportunidad de realizarse un procedimiento con intención curativa o debe realizarse una cirugía paliativa.

¿Qué estudios hay que hacerse antes de indicar la cirugía?

El posible candidato a una cirugía de epilepsia debe realizarse diferentes estudios, entre los que se destaca el video-electroencefalograma y la resonancia de cerebro con protocolo de epilepsia. Se busca encontrar una correlación adecuada entre las características de las convulsiones que sufre el paciente, los hallazgos del video-electroencefalograma y las imágenes de la resonancia magnética.

¿Qué pasa si no hay correlación entre las características de las crisis convulsivas, el video-electroencefalograma y la resonancia?

En estos casos se puede optar por realizar algo que se conoce como monitoreo invasivo. Esto consiste en la colocación de una serie de electrodos dentro del cerebro o en la superficie del mismo para lograr caracterizar más adecuadamente la actividad eléctrica cerebral y su correlación con el resto de las características del caso.
¿Cómo se realiza una cirugía de epilepsia resectiva?

La cirugía resectiva consiste en realizar una craneotomía (una apertura en el hueso que conforma el cráneo) para acceder a la región necesaria del cerebro y allí realizar una resección del área cerebral que se considera epileptógena. Este tipo de cirugías pueden requerir mapeo cerebral intraoperatorio así como monitoreo invasivo. Esto será evaluado por su neurocirujano dependiendo cada caso en particular.

¿Qué resultados de pueden esperar en la cirugía de epilepsia?

Los resultados dependen del tipo de epilepsia y el tipo de cirugía realizada. Las cirugías con intención curativa tienen mejores resultados que aquellas con objetivos paliativos.  Por ejemplo, en algunos tipos de epilepsia hay estudios que muestran que cerca del 70% de los pacientes continúan libres de crisis convulsivas a los 8 o 10 años del procedimiento quirúrgico.

¿Dónde se coloca el Estimulador Vagal?

El sistema que se implanta en estos casos es semejante a un marcapasos y se coloca el electrodo en el cuello, alrededor del nervio vago y el cable del mismo se tuneliza por debajo de la piel hasta el sitio donde se coloca el generador de impulsos (que también contiene la batería, ya que se trata de un dispositivo eléctrico), en la región infraclavicular, o sea, debajo de la clavícula. Todo el dispositivo implantado queda por dentro de la piel, sin ningún segmento exteriorizado.      


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Tumores Intracraneanos

¿Qué tipos de tumores intracraneanos existen?

Los tumores intracraneanos pueden ser de muchos tipos diferentes y pueden clasificarse de formas muy variadas. Por ejemplo, hay intra o extraaxiales (dependiendo de su ubicación por dentro o por fuera del cerebro o cerebelo), benignos y malignos, primarios o secundarios. Los tumores primarios son aquellos que se originan en la cavidad intracraneal directamente, mientras que los secundarios son metástasis de tumores malignos originados en otros lugares del organismo. Estadísticamente son más frecuentes los tumores secundarios que los primarios.

¿Todos los tumores intracraneanos deben ser resecados?

No, algunos sólo se observan con estudios periódicos, otros sólo se biopsian. Sin embargo, hoy en día muchos de ellos requieren algún tipo de tratamiento. Esto será evaluado por su neurocirujano teniendo en cuenta las características propias de su caso.

¿Es riesgosa la resección de tumores intracraneanos?

Hoy en día los riesgos disminuyeron mucho debido a las mejoras tecnológicas y las técnicas microquirúrgicas. Los tumores intracraneanos se operan con la utilización del microscopio quirúrgico, ya que se trata de estructuras relativamente pequeñas que se encuentran en contacto con estructuras relevantes y vitales que el neurocirujano desea preservar. El riesgo quirúrgico varía según el tipo y la ubicación de la lesión y esto será explicado por su neurocirujano teniendo en cuenta su caso en particular.

¿Se requiere otro tratamiento además de la cirugía?

Esto dependerá de cada caso en particular, pero para los tumores malignos primarios de cerebro en general se utiliza también la quimioterapia y la radioterapia. En el caso de las metástasis cerebrales es común la utilización de un tipo de radioterapia llamada holocraneana.   


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Neuromodulación para el Dolor

¿Qué es la neuromodulación?

La neuromodulación consiste en cambiar la actividad de las neuronas mediante el implante de dispositivos en el Sistema Nervioso, que se realiza con un fin específico. Existen 2 tipos de neuromodulación: la eléctrica (para la cual se implantan dispositivos semejantes a los marcapasos, pero en el Sistema Nervioso en vez del corazón) y la química (para la cual se implantan bombas de infusión de determinados fármacos directamente en el sistema nervioso).

¿A qué pacientes se les indica neuromodulación?

La neuromodulación es un tipo de tratamiento neuroquirúrgico que se utiliza para diferentes patologías, como el dolor, la Enfermedad de Parkinson, el temblor, entre muchas otras. Dentro de los pacientes con dolor, principalmente se indica para el tratamiento del dolor neuropático, aunque hay otros tipos de dolor crónico que también pueden verse beneficiados por algún tratamiento de neuromodulación. Las causas más comunes de utilización de neuromodulación para el tratamiento del dolor son: el Síndrome de Cirugía de Espalda Fallida (Failed Back Surgery Syndrome), el Síndorme Doloroso Regional Complejo, las lesiones nerviosas periféricas, dolor por miembro fantasma (es decir, luego de una amputación), dolor isquémico en los miembros inferiores, lesiones medulares, dolor neuropático trigeminal y dolor central post-ACV. Igualmente, existen muchas otras indicaciones menos frecuentes. El Síndrome de Cirugía de Espalda Fallida consiste en pacientes que continúan con dolor o empeoran el mismo luego de una cirugía de columna y es la indicación más común para el tipo de neuromodulación eléctrica más utilizado, es decir, la Estimulación Medular (Spinal Cord Stimulation).

¿Qué es el dolor neuropático?

Existen básicamente 4 tipos de dolor: el neuropático, el nociceptivo, el mixto y el visceral. El dolor neuropático se genera en una lesión misma del sistema nervioso, como podría ser un daño en un nervio, una lesión en la médula espinal o luego de un ACV. El dolor nociceptivo es el más común y es aquel que se genera con alguna lesión en el organismo, pero no en el sistema nervioso. Por ejemplo, es el dolor que sentimos luego de un golpe. El dolor mixto es una mezcla de los dos tipos descriptos previamente y es muy frecuente. El dolor visceral tiene características propias y es originado en los órganos internos. El dolor oncológico, por ejemplo, puede tener características de todos estos tipos de dolor. Todos estos tipos de dolor pueden ser candidatos a ser tratados con técnicas de neuromodulación.  Su neurocirujano le dirá si usted tiene indicación de realizar alguno de estos tratamientos.

¿La neuromodulación es el único tratamiento del dolor neuropático?

No, el tratamiento comienza con diferentes tipos de fármacos que se utilizan para dolor neuropático y crónico. Además, hay otros tratamientos como la kinesioterapia y los bloqueos nerviosos que forman parte del armamento para luchar contra el dolor neuropático.

¿Qué tipos de neuromodulación eléctrica se usan para dolor?

Existen diferentes tipos de neuromodulación eléctrica para el tratamiento del dolor, como por ejemplo: Estimulación Medular (Spinal Cord Stimulation), Estimulación de Corteza Motora (Motor Cortex Stimulation), Estimulación Cerebral Profunda (Deep Brain Stimulation), Estimulación Periférica de Campo (Peripheral Nerve Field Stimulation) y Estimulación de Nervio Periférico (Peripheral Nerve Stimulation).  

La Estimulación Medular (Spinal Cord Stimulation) consiste en la implantación de un electrodo sobre una membrana que cubre la médula espinal con el objetivo de frenar la llegada de los impulsos nerviosos que llevan la información del dolor hasta el cerebro. Este es el tipo más común utilizado para el tratamiento del dolor y algunas otras dolencias.

¿Cómo son los sistemas de neuromodulación eléctrica?

Los sistemas consisten en un electrodo con contactos que se colocan sobre la superficie que quiere ser estimulada, que a su vez se conecta con un cable con el generador de impulsos que se coloca en un bolsillo que se hace por debajo de la piel en diferentes regiones ya establecidas, como ser: por debajo de la clavícula, en la pared anterior del abdomen o en la espalda por encima del glúteo. La ubicación más adecuada del mismo en cada caso se pacta con el neurocirujano antes de la intervención. El generador de impulsos contiene también la batería. Hoy en día existen sistemas que pueden ser recargados desde el exterior. 

 ¿Cómo se realiza la colocación de un dispositivo de este tipo?

En general, en la mayoría de los sistemas de neuromodulación eléctrica, se realiza la colocación en 2 tiempos. Es decir, primero se realiza una cirugía para la colocación del electrodo en el lugar establecido y se conecta con unos cables extensores hacia el exterior. Luego se realiza una prueba ambulatoria durante una semana aproximadamente para ver si el dolor mejora con el uso de la neuromodulación. En caso afirmativo, se realiza una segunda cirugía para colocar el generador de impulsos y retirar los cables que salen hacia el exterior. El paciente quedará con el sistema completamente implantado, es decir, sin ningún cable ni parte alguna del sistema exteriorizado. En caso de no resultar útil el tratamiento, se debe realizar una segunda intervención para retirar el electrodo y los cables; luego se deberán probar otros tratamientos para el alivio del dolor.

¿Cómo se sigue después de la cirugía?

Luego del implante de un dispositivo de estas características, se requieren controles periódicos y reprogramaciones. Usted sentirá hormigueos en el área donde previamente sentía el dolor. El generador debe programarse de tal forma que estos hormigueos no sean molestos, cubran adecuadamente el área dolorosa y se logre un alivio satisfactorio del dolor. El generador se programa con telemetría, mediante una especie de control remoto. El paciente también tendrá en su poder una especie de control remoto que le permitirá modificar las funciones más básicas, como encender o apagar el generador, cambiar entre distintos programas preestablecidos en las sesiones de programación y aumentar o disminuir la intensidad.

¿Qué pasa si deja de hacer efecto y vuelve el dolor?

Los sistemas de neuromodulación eléctrica cuentan con diferentes parámetros de estimulación que en caso de perderse el efecto deben reprogramarse para buscar una nueva programación óptima. Estos dispositivos permiten infinitas combinaciones de parámetros que dan la posibilidad de realizar estos rescates cuando la estimulación deja de ser efectiva con los parámetros elegidos
 
Damián Bendersky

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Chiari tipo 1



¿Qué es la Malformación de Chiari tipo 1?

Consiste en el descenso de una parte del cerebelo (amígdalas) desde la cavidad craneana al conducto medular (conducto donde se encuentra alojada la médula espinal) a través del agujero más grande que posee el cráneo, llamado foramen magno. Esto genera compresión de una estructura vital que pasa por dicho foramen, que es el tronco encefálico, así como síntomas por mal funcionamiento del cerebelo y otras estructuras de esa región del cráneo. A diferencia del Chiari tipo 2, es una entidad que no se encuentra relacionada al Mielomeningocele.

¿Qué síntomas produce?

Sólo un tercio de los pacientes aproximadamente tienen síntomas, siendo el resto asintomáticos con la malformación diagnosticada por un estudio de imágenes solicitado por otra causa. El principal síntoma es la cefalea, ubicada en la región posterior de la cabeza y que empeora con determinados esfuerzos. Otros síntomas podrían ser: alteraciones de nervios craneales, déficit en la motilidad, apneas de sueño, vértigo, inestabilidad, alteraciones de la deglución, entre muchos otros. Esto será evaluado por su neurocirujano.

A su vez, debido a la alteración de la circulación de líquido cefalorraquídeo (líquido que normalmente circula por diferentes espacios y cavidades del sistema nervioso central), puede producir una acumulación de líquido dentro de la médula cervico-dorsal denominada siringomielia en aproximadamente el 75-80% de los casos. La siringomielia puede producir diferentes síntomas por la alteración del funcionamiento de la médula espinal.

¿Qué síntomas puede producir la siringomielia?

La siringomielia asociada, cuando está presente, puede desencadenar otros síntomas por compromiso medular como alteraciones en la sensibilidad a la temperatura y al dolor, disminución de fuerza principalmente en manos, dolor en brazos, espasticidad, entre otros. La siringomielia también puede producir escoliosis neuromuscular.

¿Todos los pacientes con Chiari tipo 1 deben operarse?

No, como ya mencionamos previamente, la mayoría de los pacientes no tienen síntomas de esta patología.  Aquellos pacientes asintomáticos y que no presentan siringomielia o esta última no tiene un tamaño ni presenta progresión que requieran tratamiento quirúrgico, pueden ser observados con estudios de imágenes para evaluar que no aparezca o progrese la siringomielia. Un paciente que en un momento no tiene indicación quirúrgica, no significa que no pueda requerirla en el futuro. El resto de los pacientes deberían ser tratados.

¿En qué consiste la cirugía de Chiari tipo 1?

Sólo existe tratamiento quirúrgico para esta patología y consiste en una descompresiva craneocervical, teniendo como objetivo principal la descompresión en la zona de conflicto, que es el foramen magno.

¿Hay que operar también la siringomielia cuando está presente?
No, en la gran mayoría de los casos la misma mejora luego de la cirugía del Chiari tipo 1. Solo se tratará si fracaso dicha cirugía en el control de la misma y sus síntomas persisten.

  
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Cefalohematoma, Hematoma Subgaleal y Caput Succedaneum



¿Qué es el Cefalohematoma? ¿En qué se diferencia del Hematoma Subgaleal?

El cefalohematoma es un hematoma que se localiza entre la membrana que cubre el cráneo (pericráneo) y el hueso mismo. Tiene mayor riesgo de ocurrir con el uso de fórceps en el parto. La mayoría ocurren de un solo lado. Hasta en un cuarto de los casos puede haber una fractura de cráneo subyacente. Se generan durante el paso de la cabeza del feto por el canal del parto. Ocurren en el período neonatal, ya que luego el pericráneo se adhiere firmemente al hueso.

El cefalohematoma se palpa como una masa firme, que puede aumentar aún más de tamaño durante los primeros días luego del nacimiento. Requiere algunas semanas para reabsorberse. En muy pocos casos requiere ser aspirado a través de la piel. Las colecciones persistentes o infectadas requieren su evacuación por punción o a través de una pequeña incisión.

A diferencia del cefalohematoma, el hematoma subgaleal se encuentra en un plano más superficial. Puede ser más voluminoso y ocupar mucha más superficie de la cabeza, indicando una mayor pérdida hemática. Puede llegar a requerir transfusiones o tratamiento de alguna patología intracraneana asociada. Es frecuente que se haga aspirado con aguja a través de la piel.  

¿Qué es el Cefalohematoma calcificado?

En el caso de los cefalohematomas persitentes (que no se reabsorbieron al mes o más), éstos comienzan a calcificarse y endurecerse. El tratamiento del cefalohematoma calcificado es quirúrgico. El tipo de cirugía dependerá del tipo de lesión que padezca y será evaluado por el neurocirujano en cada caso en particular.
  
¿Qué es el Caput Succedaneum?

El caput succedaneum es muy frecuente luego del parto vaginal y consiste en edema e hinchazón de la piel y los planos superficiales de la cabeza en el recién nacido. Este edema se reabsorbe en algunos días luego del nacimiento, sin requerir tratamiento alguno.

Damián Bendersky

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Espina bífida oculta y Mielomeningocele



¿Qué es la Espina bífida oculta?

La espina bífida oculta es una falta de formación un algunas estructuras óseas de la parte de atrás de las vértebras. Se llama oculta porque este defecto está completamente cubierto por lo tejidos superficiales (músculo, fascias, grasa y piel).  Es bastante frecuente en la población. Su importancia clínica radica principalmente en que puede asociarse con otras patologías locales de la columna como tumores dermoides o médula anclada.

¿Qué es el Mielomeningocele?

El mielomeningocele es también un defecto en el desarrollo de la columna a nivel lumbar, a la altura donde se encuentran los últimos segmentos de la médula espinal. Este defecto es abierto, ya que no se encuentra cubierto por piel y consiste en la exteriorización por el defecto de piel faltante de un saco compuesto por las membranas que normalmente separan el hueso de la médula (meninges) y que contiene raíces nerviosas, líquido cefalorraquídeo y la última parte de la médula, que no terminó de formarse adecuadamente.

¿Cómo puede evitarse el Mielomeningocele?

El consumo de ácido fólico antes y durante los primeros meses del embarazo ayudan a disminuir enormemente el riesgo de padecer esta enfermedad. En caso de desear un embarazo debe consultar previamente a su médico para que le indique ácido fólico.

¿Cómo se trata el Mielomeningocele?

Debe cerrarse el defecto (que compromete todos los planos incluida la médula) dentro de las primeras 24 horas del nacimiento, por lo que es fundamental el diagnóstico prenatal de esta entidad. Es fundamental no retrasar la cirugía de cierre, ya que este defecto consiste en una vía de infección con el consiguiente riesgo de meningitis.

¿Cuáles son las manifestaciones clínicas del Mielomeningocele?

Debe tenerse en cuenta que casi todos los pacientes con esta enfermedad desarrollarán hidrocefalia, requiriendo entonces la colocación de una válvula de derivación ventrículo-peritoneal (o sea, desde el cerebro hasta el abdomen). Algunos ya la presentan al nacer y muchos otros la desarrollan luego de la cirugía del cierre del mielomeningocele.

En cuanto a la movilidad de los miembros inferiores, cada paciente tendrá un grado diferente de disfunción (parálisis), pudiendo en muchos casos lograrse la deambulación con el uso de ortesis. Asimismo, requerirán cateterismo intermitente para evacuación de la orina de la vejiga, debido a la disfunción de la misma de origen neurológico. Será necesario una consulta y seguimiento urológico, ya que en muchos casos también se realizan intervenciones urológicas.

También poseen riesgo de padecer otras lesiones asociadas como la médula anclada, la malformación de Chiari tipo 2 (Arnold-Chiari), siringomielia y escoliosis neuromuscular.

 ¿Qué es la Médula Anclada?

Durante las etapas de desarrollo, la médula espinal crece menos que la columna vertebral y por lo tanto la misma termina normalmente por encima del nivel de la segunda vértebra lumbar. Cuando existe alguna adherencia que no permite esto, el segmento más caudal de la médula (llamado cono medular) está ubicado más caudalmente que el nivel normal. Esto puede generar diferentes síntomas, como empeoramiento de la marcha, aumento de la espasticidad o un deterioro de las funciones urológicas, entre otros. Debe tenerse en cuenta que prácticamente todos los pacientes con mielomeningocele tendrán médula anclada en su resonancia de columna, pero solo aquellos casos sintomáticos en quienes los síntomas no pueden ser atribuidos a otras causas como una disfunción valvular (que sería más frecuente)  requerirán tratamiento. El tratamiento consiste en el desanclaje quirúrgico de la médula espinal.
 
¿Qué es la Malformación de Chiari tipo 2?

Es una entidad relacionada al Mielomeningocele, a diferencia del Chiari tipo 1 que no lo está. Consiste en el descenso de una parte del cerebelo (amígdalas) desde la cavidad craneana al conducto medular (conducto donde se encuentra alojada la médula espinal) a través del agujero más grande que posee el cráneo, llamado foramen magno. Esto genera compresión de una estructura vital que pasa por dicho foramen, que es el tronco encefálico. Puede producir diferentes síntomas como estridor, dificultad para tragar (disfagia) y apneas de sueño.  En caso de requerir tratamiento, el mismo es quirúrgico y consiste en una descompresiva craneocervical, teniendo como objetivo principal la descompresión en la zona de conflicto, que es el foramen magno. 
  
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Quistes leptomeníngeos traumáticos



¿Qué son los Quistes leptomeníngeos traumáticos?

Los Quistes leptomeníngeos traumáticos (o fracturas expandidas) son herniaciones de una de las membranas que cubren al cerebro (llamadas meninges) a través de una ruptura en otra de ellas más superficial (duramadre) asociada a una fractura lineal en el cráneo. Esto lleva a que de a poco, vaya herniándose esta membrana junto a líquido cefalorraquídeo y tejido nervioso a través de esa brecha, haciendo que la fractura no se fusione, sino por el contrario que la brecha se expanda cada vez más con la transmisión de las presiones intracraneanas y las pulsaciones de la sangre en el cerebro. Esto se evidencia como una masa en crecimiento que puede ponerse más tensa frente a determinados esfuerzos.  

¿A qué edad ocurren los Quistes leptomeníngeos traumáticos?

Casi todos los quistes leptomeníngeos traumáticos ocurren en menores de 3 años y principalmente en menores de un año. Esto se debe probablemente a una mayor adherencia de la meninge más superficial (duramadre) al cráneo durante esas edades, además de ser también una etapa de rápido crecimiento cerebral.

¿Cómo se tratan los Quistes leptomeníngeos traumáticos?

Estas fracturas expandidas requieren ser tratadas cuando se las diagnostica y por lo tanto es una de las razones de la buena práctica del control ambulatorio y control radiográfico de los pacientes que sufrieron fracturas de cráneo. El tratamiento es siempre quirúrgico y requiere cerrar herméticamente la brecha en la duramadre.

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Cifosis de Scheuermann



¿Qué es la Cifosis de Scheuermann?

La cifosis se define como una curvatura hacia delante de la columna. Ésta puede ser normal como en la columna torácica, pero siempre y cuando esté dentro del rango normal de grados de angulación, ya que de lo contrario pasaría a ser igualmente patológica (condición que se conoce como hipercifosis torácica). En otros segmentos de la columna, como las regiones cervical y lumbar, la cifosis siempre se considera patológica. La Cifosis de Scheuermann consiste en una hipercifosis torácica debida al acuñamiento (es decir, la parte de delante de la vértebra es más baja que la parte de atrás) de al menos 3 vértebras consecutivas, que generan el ápex de la curva. Además, los discos intervertebrales comprometidos pueden estar disminuidos de tamaño, pudiendo encontrarse irregularidades en la unión del cartílago del disco con el hueso de la vértebra y hasta hernias de disco hacia dentro del cuerpo vertebral.

¿Cuáles son los síntomas de la Cifosis de Scheuermann?

Se trata de una patología que se desarrolla en adolescentes, que en general consultan porque les desagrada la apariencia física que les genera la curvatura y además muchas veces presentan dolor a nivel de la misma o en la región lumbar. En la edad adulta, el dolor es el principal síntoma. Los casos más severos también pueden presentar otras manifestaciones clínicas como aquellas neurológicas o cardiopulmonares, que serán evaluadas por su cirujano de columna. 

¿Cómo se trata la Cifosis de Scheuermann?

Sólo una minoría, representada por los casos más severos, requerirán cirugía de columna para corregir esta deformidad. En esos casos, la cirugía consiste en la corrección de la curva mediante maniobras realizadas sobre tornillos y barras que se colocan en varios niveles vertebrales, con el objetivo de lograr con el tiempo, la fusión de todas estas vértebras en una posición y un balance óptimo. Es decir, que pasen a funcionar como un solo hueso, pero en una posición adecuada. Además, en la mayoría de estas cirugías se realizan osteotomías, que consisten en resección de fragmentos específicos de algunas vertebras para lograr una adecuada corrección de la curva cifótica. El resto de los casos podrán ser manejados con una mezcla de kinesioterapia, ejercicio aeróbico y corset; esto último siempre y cuando el paciente continúe teniendo potencial de crecimiento óseo en su columna y no haya alcanzado la madurez ósea.

Damián Bendersky

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Escoliosis en bebés, niños y adolescentes



¿Qué es la escoliosis?

La escoliosis es una desviación de la columna hacia la derecha o hacia la izquierda con un ángulo mayor a los diez grados. Pueden coexistir más de una curva en el mismo paciente, por ejemplo, una curva en la columna torácica hacia la derecha y otra lumbar que apunta hacia la izquierda. Esas otras curvas que pueden estar presentes muchas veces son compensatorias de la curva mayor, como un intento del mismo organismo de volver a colocar la cabeza en línea sobre la pelvis, manteniendo lo que se conoce como balance coronal. A su vez, pueden estar presentes (y en general lo están), deformidades en los otros dos planos de la columna, es decir: una inclinación mayor a lo normal hacia adelante o hacia atrás de una región o toda la columna (puede conducir a lo que se conoce como disbalance sagital) y/o una rotación de las vertebras comprometidas (lo que se conoce como rotación en el plano axial).

¿Todas las escoliosis pediátricas son iguales?

No, hay tipos muy diferentes que se basan principalmente en la causa subyacente que produce la deformidad. Podemos mencionar 3 grandes grupos a nivel general: la escoliosis congénita, la escoliosis idiopática y la escoliosis neuromuscular.

La escoliosis congénita está presente desde el nacimiento y se debe a una malformación en la columna, que puede comprometer a una o más vértebras, dependiendo del caso. Puede haber defectos en la formación de las vértebras, así como en su segmentación (o sea, en la separación que ocurre entre una y otra durante el desarrollo del feto).

La escoliosis idiopática se caracteriza por no tener una causa clara, aunque se sospecha que podría haber algún tipo de predisposición genética. Se divide según la edad de aparición en: infantil (desde el nacimiento hasta los 2 años y 11 meses), juvenil (desde los 3 años a los 9 años y 11 meses) y del adolescente (desde los 10 años hasta los 17 años y 11 meses).

La escoliosis neuromuscular se debe a alguna lesión, congénita o no, del sistema nervioso (tipo neuropático) o directamente a nivel muscular (tipo miopático) que genere una alteración en la función de los músculos que están alrededor de la columna. Puede ocurrir tanto en pacientes ambulatorios (es decir, que pueden caminar con o sin ayuda) o no ambulatorios. Algunas causas de las múltiples existentes son: parálisis cerebral,  siringomielia, lesión medular, atrofia muscular espinal, poliomielitis, mielomeningocele, distrofias musculares, entre muchas otras.

¿Es lo mismo tratar la escoliosis en edad pediátrica que en adultos?

No, la escoliosis en la edad pediátrica tiene la particularidad de tratarse de pacientes que se encuentran en la etapa de crecimiento óseo. Debe recordarse que el crecimiento de la columna vertebral no sólo es necesario para lograr una estatura y un desarrollo óptico, sino que es también clave para el desarrollo del volumen torácico, algo fundamental para la respiración durante la vida adulta del paciente. Por lo tanto, en todos los pacientes que aún se encuentren en edades de crecimiento óseo (eso lo evalúa el cirujano de columna mediante radiografías para ver determinados cartílagos de crecimiento) se deben tener en cuenta principalmente cuatro fundamentos: por un lado, en los casos que lo tengan indicado, puede llevarse a cabo el tratamiento con corset (que no corregiría en nada la curva en un paciente que ya haya finalizado el crecimiento de la columna). Por otro lado, si el paciente se opera intentará preservarse la capacidad de crecimiento del máximo número posible de vértebras. Además, podrían realizarse tratamientos quirúrgicos basados en el crecimiento de la columna como método de corrección progresiva de la deformidad como por ejemplo, la hemiepifisiodesis. Por último, el cirujano de columna debe tener en cuenta el riesgo de progresión de la deformidad que existe en estos pacientes, principalmente durante los picos de crecimiento.

¿Cómo se trata la escoliosis congénita?

La escoliosis congénita, al deberse a una malformación vertebral, en general requiere tratamiento quirúrgico debido a su alto riesgo de progresión. El cirujano de columna evaluará el riesgo de progresión de cada paciente en particular, ya que cada malformación vertebral (y cada combinación de ellas) poseen distinto riesgo. En cuanto al tratamiento quirúrgico, existen hoy en día diferentes técnicas que se evaluarán según cada caso en particular, como: resección de la hemivértebra, fusión in situ, hemiepifisiodesis de la convexidad, barras expansibles (existen varios tipos y técnicas diferentes) y otros sistemas también basados en la distracción como las barras expansibles colocadas en las costillas.

¿Cómo se trata la escoliosis idiopática?

El tratamiento de la escoliosis idiopática depende principalmente de la gravedad de la deformidad (es decir, el tamaño de la curva) así como su progresión. Debe tenerse en cuenta que las curvas escolióticas de mayor ángulo poseen un riesgo mayor de progresión (o sea, de aumentar cada vez más la deformidad). Las curvas de menor nivel podrán ser evaluadas periódicamente con espinogramas (radiografías de columna completa) y realizarse ejercicio físico aeróbico para fortalecer la musculatura que se encuentra alrededor de la columna, así como también la abdominal.  Para otros casos, siempre y cuando el paciente no haya cumplido su madurez ósea, podrá ser necesaria la utilización de algún tipo de corset, cuyo modelo dependerá del tipo de curva que padezca el paciente. El tratamiento quirúrgico se realiza en los casos más graves y como dijimos anteriormente, la elección del mismo dependerá de si el paciente continúa teniendo potencial de crecimiento en su columna o ya haya alcanzado su madurez ósea. En aquellos casos en que ya haya alcanzado la madurez ósea, la cirugía consiste en la corrección de la escoliosis mediante la colocación de tornillos y barras en las vértebras que lo requieran para luego obtener una fusión de las mismas con el paso del tiempo (pasando a comportarse entonces como un solo hueso). Los otros niveles de la columna no involucrados en dicha fusión compensarán, total o parcialmente, la movilidad de los discos fusionados en la cirugía.


Damián Bendersky

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