Información para pacientes de Neurocirugía, Cirugía de Columna y Tratamiento del Dolor.

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Cefalohematoma, Hematoma Subgaleal y Caput Succedaneum



¿Qué es el Cefalohematoma? ¿En qué se diferencia del Hematoma Subgaleal?

El cefalohematoma es un hematoma que se localiza entre la membrana que cubre el cráneo (pericráneo) y el hueso mismo. Tiene mayor riesgo de ocurrir con el uso de fórceps en el parto. La mayoría ocurren de un solo lado. Hasta en un cuarto de los casos puede haber una fractura de cráneo subyacente. Se generan durante el paso de la cabeza del feto por el canal del parto. Ocurren en el período neonatal, ya que luego el pericráneo se adhiere firmemente al hueso.

El cefalohematoma se palpa como una masa firme, que puede aumentar aún más de tamaño durante los primeros días luego del nacimiento. Requiere algunas semanas para reabsorberse. En muy pocos casos requiere ser aspirado a través de la piel. Las colecciones persistentes o infectadas requieren su evacuación por punción o a través de una pequeña incisión.

A diferencia del cefalohematoma, el hematoma subgaleal se encuentra en un plano más superficial. Puede ser más voluminoso y ocupar mucha más superficie de la cabeza, indicando una mayor pérdida hemática. Puede llegar a requerir transfusiones o tratamiento de alguna patología intracraneana asociada. Es frecuente que se haga aspirado con aguja a través de la piel.  

¿Qué es el Cefalohematoma calcificado?

En el caso de los cefalohematomas persitentes (que no se reabsorbieron al mes o más), éstos comienzan a calcificarse y endurecerse. El tratamiento del cefalohematoma calcificado es quirúrgico. El tipo de cirugía dependerá del tipo de lesión que padezca y será evaluado por el neurocirujano en cada caso en particular.
  
¿Qué es el Caput Succedaneum?

El caput succedaneum es muy frecuente luego del parto vaginal y consiste en edema e hinchazón de la piel y los planos superficiales de la cabeza en el recién nacido. Este edema se reabsorbe en algunos días luego del nacimiento, sin requerir tratamiento alguno.

Damián Bendersky

Neurocirugía – Cirugía de Columna – Tratamiento del Dolor

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Quistes leptomeníngeos traumáticos



¿Qué son los Quistes leptomeníngeos traumáticos?

Los Quistes leptomeníngeos traumáticos (o fracturas expandidas) son herniaciones de una de las membranas que cubren al cerebro (llamadas meninges) a través de una ruptura en otra de ellas más superficial (duramadre) asociada a una fractura lineal en el cráneo. Esto lleva a que de a poco, vaya herniándose esta membrana junto a líquido cefalorraquídeo y tejido nervioso a través de esa brecha, haciendo que la fractura no se fusione, sino por el contrario que la brecha se expanda cada vez más con la transmisión de las presiones intracraneanas y las pulsaciones de la sangre en el cerebro. Esto se evidencia como una masa en crecimiento que puede ponerse más tensa frente a determinados esfuerzos.  

¿A qué edad ocurren los Quistes leptomeníngeos traumáticos?

Casi todos los quistes leptomeníngeos traumáticos ocurren en menores de 3 años y principalmente en menores de un año. Esto se debe probablemente a una mayor adherencia de la meninge más superficial (duramadre) al cráneo durante esas edades, además de ser también una etapa de rápido crecimiento cerebral.

¿Cómo se tratan los Quistes leptomeníngeos traumáticos?

Estas fracturas expandidas requieren ser tratadas cuando se las diagnostica y por lo tanto es una de las razones de la buena práctica del control ambulatorio y control radiográfico de los pacientes que sufrieron fracturas de cráneo. El tratamiento es siempre quirúrgico y requiere cerrar herméticamente la brecha en la duramadre.

Damián Bendersky

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Escoliosis en bebés, niños y adolescentes



¿Qué es la escoliosis?

La escoliosis es una desviación de la columna hacia la derecha o hacia la izquierda con un ángulo mayor a los diez grados. Pueden coexistir más de una curva en el mismo paciente, por ejemplo, una curva en la columna torácica hacia la derecha y otra lumbar que apunta hacia la izquierda. Esas otras curvas que pueden estar presentes muchas veces son compensatorias de la curva mayor, como un intento del mismo organismo de volver a colocar la cabeza en línea sobre la pelvis, manteniendo lo que se conoce como balance coronal. A su vez, pueden estar presentes (y en general lo están), deformidades en los otros dos planos de la columna, es decir: una inclinación mayor a lo normal hacia adelante o hacia atrás de una región o toda la columna (puede conducir a lo que se conoce como disbalance sagital) y/o una rotación de las vertebras comprometidas (lo que se conoce como rotación en el plano axial).

¿Todas las escoliosis pediátricas son iguales?

No, hay tipos muy diferentes que se basan principalmente en la causa subyacente que produce la deformidad. Podemos mencionar 3 grandes grupos a nivel general: la escoliosis congénita, la escoliosis idiopática y la escoliosis neuromuscular.

La escoliosis congénita está presente desde el nacimiento y se debe a una malformación en la columna, que puede comprometer a una o más vértebras, dependiendo del caso. Puede haber defectos en la formación de las vértebras, así como en su segmentación (o sea, en la separación que ocurre entre una y otra durante el desarrollo del feto).

La escoliosis idiopática se caracteriza por no tener una causa clara, aunque se sospecha que podría haber algún tipo de predisposición genética. Se divide según la edad de aparición en: infantil (desde el nacimiento hasta los 2 años y 11 meses), juvenil (desde los 3 años a los 9 años y 11 meses) y del adolescente (desde los 10 años hasta los 17 años y 11 meses).

La escoliosis neuromuscular se debe a alguna lesión, congénita o no, del sistema nervioso (tipo neuropático) o directamente a nivel muscular (tipo miopático) que genere una alteración en la función de los músculos que están alrededor de la columna. Puede ocurrir tanto en pacientes ambulatorios (es decir, que pueden caminar con o sin ayuda) o no ambulatorios. Algunas causas de las múltiples existentes son: parálisis cerebral,  siringomielia, lesión medular, atrofia muscular espinal, poliomielitis, mielomeningocele, distrofias musculares, entre muchas otras.

¿Es lo mismo tratar la escoliosis en edad pediátrica que en adultos?

No, la escoliosis en la edad pediátrica tiene la particularidad de tratarse de pacientes que se encuentran en la etapa de crecimiento óseo. Debe recordarse que el crecimiento de la columna vertebral no sólo es necesario para lograr una estatura y un desarrollo óptico, sino que es también clave para el desarrollo del volumen torácico, algo fundamental para la respiración durante la vida adulta del paciente. Por lo tanto, en todos los pacientes que aún se encuentren en edades de crecimiento óseo (eso lo evalúa el cirujano de columna mediante radiografías para ver determinados cartílagos de crecimiento) se deben tener en cuenta principalmente cuatro fundamentos: por un lado, en los casos que lo tengan indicado, puede llevarse a cabo el tratamiento con corset (que no corregiría en nada la curva en un paciente que ya haya finalizado el crecimiento de la columna). Por otro lado, si el paciente se opera intentará preservarse la capacidad de crecimiento del máximo número posible de vértebras. Además, podrían realizarse tratamientos quirúrgicos basados en el crecimiento de la columna como método de corrección progresiva de la deformidad como por ejemplo, la hemiepifisiodesis. Por último, el cirujano de columna debe tener en cuenta el riesgo de progresión de la deformidad que existe en estos pacientes, principalmente durante los picos de crecimiento.

¿Cómo se trata la escoliosis congénita?

La escoliosis congénita, al deberse a una malformación vertebral, en general requiere tratamiento quirúrgico debido a su alto riesgo de progresión. El cirujano de columna evaluará el riesgo de progresión de cada paciente en particular, ya que cada malformación vertebral (y cada combinación de ellas) poseen distinto riesgo. En cuanto al tratamiento quirúrgico, existen hoy en día diferentes técnicas que se evaluarán según cada caso en particular, como: resección de la hemivértebra, fusión in situ, hemiepifisiodesis de la convexidad, barras expansibles (existen varios tipos y técnicas diferentes) y otros sistemas también basados en la distracción como las barras expansibles colocadas en las costillas.

¿Cómo se trata la escoliosis idiopática?

El tratamiento de la escoliosis idiopática depende principalmente de la gravedad de la deformidad (es decir, el tamaño de la curva) así como su progresión. Debe tenerse en cuenta que las curvas escolióticas de mayor ángulo poseen un riesgo mayor de progresión (o sea, de aumentar cada vez más la deformidad). Las curvas de menor nivel podrán ser evaluadas periódicamente con espinogramas (radiografías de columna completa) y realizarse ejercicio físico aeróbico para fortalecer la musculatura que se encuentra alrededor de la columna, así como también la abdominal.  Para otros casos, siempre y cuando el paciente no haya cumplido su madurez ósea, podrá ser necesaria la utilización de algún tipo de corset, cuyo modelo dependerá del tipo de curva que padezca el paciente. El tratamiento quirúrgico se realiza en los casos más graves y como dijimos anteriormente, la elección del mismo dependerá de si el paciente continúa teniendo potencial de crecimiento en su columna o ya haya alcanzado su madurez ósea. En aquellos casos en que ya haya alcanzado la madurez ósea, la cirugía consiste en la corrección de la escoliosis mediante la colocación de tornillos y barras en las vértebras que lo requieran para luego obtener una fusión de las mismas con el paso del tiempo (pasando a comportarse entonces como un solo hueso). Los otros niveles de la columna no involucrados en dicha fusión compensarán, total o parcialmente, la movilidad de los discos fusionados en la cirugía.


Damián Bendersky

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